Europa ante el espejo: La crisis de los refugiados

El ararteko Manuel Lezertua ha ofrecido esta tarde una conferencia en Madrid sobre un tema que ha sido el leitmotiv de su vida profesional: Europa y los derechos humanos.

La denominada crisis de los refugiados no es un fenómeno singular y novedoso ya que los numerosos conflictos armados que asolan especialmente África y Asia, han generado millones de desplazamientos de personas que huyen de la guerra y sobreviven en condiciones muy precarias en otros países que los acogen.

En 2011 las revueltas de "las primaveras árabes", la crisis de Libia, así como la persistencia de la situación de Irak y Afganistán y finalmente con especial virulencia el conflicto sirio, han acercado esta terrible realidad a nuestras fronteras.

En una realidad inédita desde la Segunda Guerra Mundial, cientos de miles de refugiados, fundamentalmente sirios pero también afganos, iraquíes o incluso pakistaníes, llaman a nuestras puertas.

La posibilidad de acoger a un contingente cercano a un millón de personas ha hecho tambalear a la vieja Europa. En este sentido, el ararteko ha hecho referencia a las carencias que ha puesto de manifiesto la crisis de los refugiados, lesionando gravemente los principios fundamentales de la Unión Europea.

Lezertua se ha referido a los movimientos masivos de personas a través de las fronteras, algo que se ha convertido en un problema de atención primordial por parte de la comunidad internacional.

Ha analizado la reacción de Europa ante la llegada de millares de personas necesitas de protección, a la luz de los principios del derecho internacional y del orden jurídico de la Unión. Específicamente ha abordado algunas cuestiones que reflejan la actitud de los estados miembros ante este problema: dificultades de acogida, reubicación, cierre de las rutas de acceso, carencias en los procedimientos de asilo, acuerdos de devolución a Turquía¿.

El ararteko ha concluido formulando una serie de propuestas para la esperanza, señalando la actitud de la sociedad civil y de las autoridades vascas para asumir su responsabilidad en una acogida digna y completa de quienes huyen de la barbarie y la persecución.

Vitoria-Gasteiz, 26 de mayo de 2016