Recomendación General del Ararteko 1/2015, de 20 de enero

El interés por la situación del acogimiento familiar en Euskadi ha sido una constante en la institución del Ararteko, habiendo sido abordado en varias ocasiones. Entre otras, en el informe extraordinario Infancias vulnerables y a través de algunas quejas tramitadas con el denominador común de la gestión del acogimiento: con motivo del régimen de visitas, de la información aportada a la familia acogedora, del apoyo en la fase de acoplamiento u otros. Precisamente porque muchas de las quejas, más allá de referirse a situaciones concretas, referencian características de aplicación general es por lo que el Ararteko ha entendido oportuno elaborar una recomendación general dirigida a los Departamentos de Acción o Bienestar Social de las tres diputaciones y al Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco.

En la recomendación recordamos que el acogimiento familiar es el recurso más apropiado para la crianza de niños, niñas y adolescentes que no pueden crecer con su propia familia y su carácter preferente y prioritario es reconocido tanto en la Convención sobre los Derechos del Niño como en la normativa vasca de aplicación. La realidad que se puede apreciar, sin embargo, no se corresponde con este carácter preferente, por lo que sería exigible una apuesta más decidida y sin demoras por el acogimiento familiar, en línea con los países europeos referentes en protección de niños y niñas.

Los derechos de niños, niñas y adolescentes en acogimiento familiar, de igual manera que los de las familias biológicas y acogedoras, quedarían mejor garantizados con una regulación específica del acogimiento familiar. El derecho a ser escuchado y a que su opinión sea tenida en cuenta tiene una particular importancia en el seguimiento del acogimiento y en la garantía de que sus necesidades y derechos son adecuadamente atendidos.

Las familias acogedoras, mayoritariamente voluntarias en la actualidad, han de ser, también, objeto de cuidado. Ellas son parte fundamental en la provisión de contextos estables y seguros para los niños y niñas desprotegidos, entornos donde curar los daños emocionales sufridos y avanzar en su desarrollo físico, intelectual y emocional. Para ello y atendiendo a algunas de sus demandas, se incluye en la recomendación la necesidad de: más información, acompañamiento profesional más estable, más presencia en las decisiones sobre los niños y niñas acogidos y equiparación de las ayudas económicas en todo el territorio autonómico.

Por último, teniendo en cuenta la especial vulnerabilidad del momento de la emancipación, es imprescindible contar con una preparación previa y con acompañamiento una vez emancipados, tanto si continúan viviendo con la familia acogedora como si no lo hacen.

Vitoria-Gasteiz, 27 de enero de 2015